Sin duda, la vida nos cambió para siempre a partir del 2020. Fue un año marcado por la emergencia mundial del Covid-19 y hemos tenido que hacer una serie de ajustes que han afectado nuestra vida social y personal.
Entre esos ajustes, la presencia y uso de las famosas mascarillas; algo que no falta en nuestro carro y hasta en nuestra cartera cada día.
Ya hoy las empresas y organizaciones están menos restrictivas y la mascarilla se usa menos, sin embargo, te invito a no bajar la guardia y continuar cuidándote.
Es un hecho que, por un tiempo más, seguiremos vinculados al empleo de mascarillas como una forma segura y contundente de prevención; para proteger nuestra salud y la de los demás.
Uno de los problemas más frecuentes que he visto, relacionados con la utilización de la mascarilla (más allá de sensación de ahogo y de no poder respirar cuando la tenemos puesta por mucho tiempo), son los problemas en la piel.
¿Por qué? Porque al utilizar la mascarilla por mucho tiempo, y sobre todo en ambientes cerrados, ha llevado a que a algunas personas les haga daño en la piel, incluso en adultos que no les sucedía antes.
Ese contacto prolongado en el tiempo, cada día, sumado a la falta de oxigenación de la piel que permanece húmeda, son ejemplos de factores que pueden herirla. Y ahí es cuando llega el ardor, las espinillas, las manchas, el picazón, el enrojecimiento en la piel...
¿Qué puedes hacer?
A continuación hice una recopilación de algunos consejos con el único objetivo de compartir información. Los mismos no son recomendaciones expertas. Siempre acude a un dermatólogo para un tratamiento oficial según tu condición específica.
Dicho lo anterior, lo más sencillo que encontré y que está al alcance de todos es sostener una adecuada limpieza del rostro, tanto por la mañana como al volver a casa, para mantener limpios los poros.
Los días que no te maquilles, puede ser suficiente el uso de un tónico sin alcohol, y mejor aún si consigues alguno enriquecido con agua de rosas, extractos de lavanda, manzanilla, que ejercen una acción tonificante y calmante, dando frescura a la piel.
Una piel que ya tiene problemas de acné o producción excesiva de sebo, incluso solo en la zona “T” (frente, nariz), después de la limpieza, debería tratarse por la mañana con una crema hidratante ligera que no aporte grasa a la piel.
De esta forma le garantizas a la piel un grado adecuado de hidratación por la mañana, evitando el efecto exfoliante que ejercen estos productos sobre la misma. Con esto consigues no aumentar la sensibilidad de la piel y fortalecer la barrera contra la exposición a bacterias y/u hongos que también podrían llegar a capas más profundas de la dermis.
Cuando las mascarillas ocasionan lesiones, es importante consultar un médico. No obstante, si estas no son graves, se recomienda utilizar productos capaces de mantener el control sobre la infección y/o inflamación.
Un consejo súper práctico, pero muy bueno, es usar diferentes tipos de mascarillas para que la piel no se vea afectada siempre en las mismas zonas de roce y, por tanto, se dé a cada sector del rostro la posibilidad de recuperarse y cicatrizar adecuadamente.
Te invito a visitar nuestra colección de hermosas mascarillas. ¡Las querrás todas!
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